EL 5 DEL CAMPEÓN

Publicado el 9 de julio del 2008 en mi antiguo blog de Skyrock


Si hablamos de los número “5” que ha tenido el actual campeón de la Copa Libertadores de América nos enfrentamos a un tema en el que hay que tratar entrega, sacrificio y talento. Sí, porque eso es lo que debe demostrar un volante de corte, de equilibrio como se le llama en la actualidad, sobre todo en un equipo grande como Liga Deportiva Universitaria. El cuadro albo históricamente ha gozado de muy buenos futbolistas en esa posición: Comenzando por el del primer campeonato, el argentino Santiago Alé; no lo ví jugar pero por referencias sé que se trataba de un futbolista muy técnico y elegante.


Seguimos con el que empezó, al menos históricamente, con la tradición de la química especial que había entre jugadores manabitas y Liga de Quito, Roberto Soussman, recordado en el primer bicampeonato y el sub campeonato del 77. Un uruguayo se tomó por cuatro años, los primeros de la década del 80, el puesto de cacique del medio campo: el uruguayo Nelson Moraes, notable por su técnica y entrega y castigado por una generación con ausencia de títulos. Otro manaba que cumplía maravillosamente con su trabajo y se convirtió en uno de los símbolos del título del 90, Hernán Castillo, acompañado en esa tarea por Luchito Pozo.


Nixon Carcelén y Luchito González se hicieron cargo de esa posición en el 98 y ya en ese año alternaba con ellos el que luego sería el gran capitán: Alfonsito Obregón. Un año y medio tardó en acoplarse a la grandeza de Liga para hacerse grande también en ese puesto, con el desliz de habernos abandonado en el tránsito por la “B”, el Negro Lucho cargó con esa cruz. Volvió el Capi el 2002, para irse al Mundial, para ser campeón al año siguiente junto a un recién llegado del Barcelona, que con el andar del tiempo se convertiría en el primer ecuatoriano de un equipo ecuatoriano que levantaría la Copa Libertadores de América: Patricio Urrutia.


Al lado del Pato jugó hasta el miércoles anterior un paragua, que llegó hace 2 años y medio en voz baja, de un equipo chico, que en su país nunca jugó en primera, que puso a muchos liguistas en contraposición, que me tapó la boca con su entrega, fuerza y talento al servicio de la divisa Alba, que hoy se despide en busca de otros horizontes y al que le agradezco por haber dado todo por Liga. Gracias Rambert y éxitos en todo lo que te propongas.