viernes, 27 de enero de 2012

10 AÑOS ATRÁS

Volví para contarles un cuento...

Recién entradito a mi alma máter, yo era un tipo hecho el serio como toda la vida, me hice de algunos panas en el curso, o mejor dicho se hicieron mis panas porque hasta para eso me hacía el estrecho. Llegaron los primeros chupes, las primeras guitarreadas -venía yo con un postgrado de "Músico fogatero" en la Poli-, y tocó hacerse conocer. Entre toda esa caterva de borrachos, encontré a un par de locos que le hacían al folklore, uno era un auténtico maestro especializado en charango y el otro (patiño del charanguista) le hacía a la guitarra con más ganas que virtudes. Me acordé entonces de mis épocas de segundo curso cuando me hice hincha a muerte de los Kjarkas. ¿Yo? Dizque cantaba.

Entre tanto convite social nos dimos cuenta de que sonábamos alhaja tocando juntos, había ya un vocalista en el proto proyecto de grupo folklórico, así que para un evento de fiestas de Quito en la U, como los que organizaban eran panas, nos metieron en el programa. Yo entré como segunda voz y segunda guitarra; no nos fue mal. El proyecto de grupo empezó a despegar y, más aún cuando decidimos entrar a un concurso, quedamos segundos. Ya era inevitable el grupo, como inevitable fue la decisión del "charanguista director" de deshacerse del vocalista inicial por desafinado, entonces salté a la titularidad, así que seguí trabajando con la misma mística para que el profe me siga dando la oportunidad.

Ya había que incorporar más personal, sin casting entraron el primer vientista (no se trata de desórdenes digestivos) y el percusionista; tocábamos con bombo prestado que un día fue víctima de los primeros afanes musicales de mi hermano y acabó con el cuero partido al medio, lo devolvimos acusando a la escasa calidad del material, así que la primera adquisición del grupo como tal tuvo que ser un bombo a prueba de aspirantes, haciendo vaca lo logramos. Empezamos a tocar en eventos benéficos -peñas solidarias- de a gratiche, kermeses y fiestas en la U. Hasta a la radio llegamos, la Tarqui y la Central, emblemas de la AM, nos entrevistaron. Le gustábamos a la gente.

Los ensayos eran más frecuentes y exigentes, en la casa del director por supuesto. Empecé a trabajar en canciones propias, compuse unas cuantas. Nos lanzamos a la búsqueda de un segundo vientista, a este sí le hicimos casting en un bosquecito aledaño a la U (la última frasecita se puede prestar para las peores interpretaciones pero fue un casting estrictamente musical en un sitio poco ortodoxo para este propósito). Estábamos completos, seis sujetos hechos los artistas, y cada vez tocábamos más seguido, ya cobrábamos alguito, en los eventos benéficos ya nos daban para el taxi, intentamos grabar un demo con nuestros ahorros, salió malazo. Llegamos a la tele, nuestra música fue difundida en la señal de Telesucesos, que no pude ver porque en mi casa no cogía UHF. Nos conseguimos un representante que resultó ser tío de una ex pelada mía, nos estábamos dando a conocer en el circuito interparroquial: Minas, Nayón, Pomasqui y San Antonio fueron testigos de nuestros esfuerzos. Intercantonales también: Tambillo y Machachi nos vieron desfilar por sus escenarios. Una vez nos contrataron para tocar en Ibarra, ya éramos interprovinciales, y para dar más realce a la fama del grupo, se sintió la influencia de The Who y Guns n' Roses y nos botaron del hotel por escandalosos; chupamos mano a mano con Los 4 del Altiplano. Tocamos en el Ágora, así que puedo decir que pisé el mismo escenario donde han estado Cerati, Jaguares, Deep Purple y The Doors. Ganamos otros cuántos festivales, grabamos un disco que nunca salió a la venta, compuse el 60% de las canciones de ese material, la proyección era buenísima, ya el manager hablaba de irnos a tocar a España.

Recuerdo la última tocada, en el Consejo Provincial de Pichincha, el mismísimo "perfecto" provincial Ramiro González estuvo ahí (buena nota antes de hacerse pana del mashi), eso fue un viernes de enero del 2002. Luego de eso después de que se canceló un ensayo, nadie de nosotros volvió a llamar, no nos volvimos a citar, no volvimos a tocar. Sin ninguna razón el grupo se disolvió. Luego de terminar la U, no he sabido nada de ellos. Decidí entonces volcar mis energías a mi amor eterno: el rock, hice un grupo con panas que hasta ahora son mis panas tocando música que hasta ahora es mi música.

No tengo nada que certifique que alguna vez fui folklorista, ninguna foto de esa época porque pensé que duraríamos más que Los Kjarkas o los Rolling Stones y ya habría tiempo para las fotos, ninguna copia del disco que nunca salió a la venta, ya ni me acuerdo de las letras de mis canciones y confío en que si las usaron en otro material por lo menos hayan puesto mi nombre, los instrumentos que compramos quedaron en la casa del director que nunca nos llamó para "liquidar". No importa, lo único que quisiera es tener las canciones en mi compu para oírlas de vez en cuando y una foto que nos tomamos en la Mitad del Mundo: todos sonriendo y con uniforme de parada.

Hace 10 años Inti Allpa dejó de existir