jueves, 24 de marzo de 2011

ADIÓS AMIGUITOS

El hecho de no escribir tanto tiempo requiere de una razón poderosísima para meterme de nuevo en esta página donde se habla pura huevada que solo unos pendejos como ustedes son capaces de atreverse a leer.

Hey, frescos, no se asusten, esa violencia dialéctica no es real, es inspirada por el estilo de quienes hacen el tema que me ha traído a los tiempos al blogueo. Siempre necesito de un tema especial, y ya saben, lo que más me hala a escribir es la música y/o mis recuerdos de la niñez, si es que van juntos mucho mejor.

Como anteriormente les había contado, ese año 87 fue bastante movidito; conciertos de todas las bandas representantes del boom del “Rock Latino”, casi cada mes se asomaban por aquí. Recuerdo: los Toreros Muertos, Mecano (el fiasco del sonido en la Plaza de Toros es casi legendario),  Sus Majestades (Soda Stereo por si acaso), Enanitos Verdes, hasta que llegó el día viernes 16 de octubre de ese año en que se anunció “juntos por primera vez, los dos grupos más grandes de España, en vivo y en directo en La Chorrera”.  En ese momento a un chamo de mi edad le parecía extraordinario juntar en un mismo concierto a Hombres G y a Los Ilegales, ya viendo bien las cosas y entendiendo la música y el target de cada grupo, fue una de las estupideces más grandes que se han perpetrado en este país (como votar por Correa, por ejemplo). El concierto acabó en tumulto, supuestamente por la actitud y la música desafiante de Los Ilegales.


Los Ilegales. Letras crudas para la época, una geniales acompañamientos y solos de guitarra (hechos por el mismo man), estructuras sencillas, pero no por eso simples y un gran aproximamiento al punk al menos en sus inicios.

Jorge Martínez, con su traza de Nosferatu, y una concepción bastante hedonista de la vida formó esta banda que vio sus cimientos allá por el 77 con el trío “Madson” que luego se llamarían “Los Metálicos”, más adelante se bautizan como “Ilegales”.  Era el grupo del que más se hablaba en mi escuela, tal vez porque en esa época escuchar su música era todo un logro ya que muchos de sus temas fueron vetados en este y otros países de la siempre curuchupa  Latinoamérica.  Para mí, la canción Eres una puta llegó a ser casi una leyenda urbana ya que según todos mis compañeros ya la habían escuchado y cantaban sus estribillos, yo por más que naufragaba en todas las radios, nada que ver; habré tenido unos 21 años cuando la escuché por primera vez, seguramente los farsantes de mis amigos tampoco la habían escuchado, y contaban lo que les contaron sus hermanos mayores. Soy un macarra (que no es la mejor, ni de lejos del trío asturiano) era tan popular que en los paseos escolares a la Merced y a Ilaló, se la cantaba a viva voz. Cuando mi tía me regaló un casette de estos manes (Casualmente Lado A: Ilegales, Lado B: Hombres G), me causó un asombro tenaz el que a mi mamá le gustara una canción de ellos: Hombre blanco.

 
Durante mi adolescencia perdí contacto con su música e incluso creí que el grupo ya había desaparecido, hasta que en el 2001 asomó la promoción de su concierto en la Plaza de Toros Quito, y los fans de la banda asomaron de debajo de las piedras. Ahí se cometió una estupidez aún más grande que la del 87, pusieron de teloneros a Verde70, quienes se ahuevaron a cantar (por suerte para ellos). Jorge, al salir al escenario dirigió una de sus famosas frases, que si no son para ti son un cague de risa, pero si sí lo son, te dejan completamente en ridículo: “El grupo Verde 70 no se presentará así que os cantaremos 10 temas más de los previstos”. Una puteada de lo más elegante.


Los vi en la tele, los oí en la radio, ellos que en mi niñez eran como unos fantasmas que solo se los escuchaba pero no tenía ni puta idea de cómo eran. El viernes cerraron en Quito sus más de 30 años de carrera con la gira Adiós amiguitos, no pude ir, por eso escribo, si no ya hubiera subido al feisbuc toditititas las fotos del concierto. Jorge seguirá con otros proyectos, ojalá pueda escuchar más de su rock purista tocado con alguna de las Stratocaster de su extensa colección. Otra página excelente de la música, que se cierra. Esperemos que pronto se abra alguna que de veras valga la pena.

"Señora, si no le gusta mi careto, CAMBIE DE CANAL"
JM.